Si uno se para a contemplar el diseño de un Pagani Zonda, obviando detalles donde resulte evidente una tecnología desfasada (ausencia de LED en los pilotos, por ejemplo), cuesta pensar que es un diseño con dos décadas en las espaldas. Pagani presentó el Zonda C12 en el Salón de Ginebra de 1999, pero sus líneas llevaban ya -evidentemente- varios años en el tintero. A pesar de esta juventud, en Pagani han creído oportuno que ya es momento de crear un departamento que les dé una segunda vida a sus modelos. Y como no podía ser de otra manera, dada la admiración de Horacio Pagani por Leonardo Da Vinci, este programa se llama ‘Rinascimento’.
Aunque es una marca joven, hay mercado para este programa: algunos clientes han recorrido 100.000 km con su Zonda, cifra suficiente para querer darle una segunda vida a este tipo de coches
Aunque los Pagani más antiguos no llegan a tener ni a veinte años, al parecer habrá mercado para este programa, pues al parecer hay algunos clientes que han recorrido más de 100.000 kilómetros con sus Zonda. Esa cifra no sería reseñable si no fuese porque un Pagani dista mucho de ser un coche normal: máquinas tremendamente exclusivas, hechas a mano, con una producción muy escasa, y con el honor de estar entre los mejores deportivos del mundo. Y muy, muy caras.
En cualquier caso, sea cual sea la cifra de kilómetros recorridos, me atrevería a decir que cualquier cliente de Pagani quiere tener su coche en perfecto estado de conservación. Horacio Pagani dice haber creado el programa Rinascimento “para devolver el brillo y el esplendor original” a sus creaciones, lo cual, añade, “es un placer y una gran responsabilidad”.
Todo el trabajo queda documentado con imágenes del proceso y detalles técnicos, y quedan plasmados en un libro que a