Imagina que tu coche pudiera saber que ese camión que se aproxima a toda velocidad a una intersección no va a respetar tu prioridad de paso, antes incluso de tener contacto visual con él, advirtiéndote y contribuyendo muy probablemente a salvarte la vida, o evitarte un accidente muy grave. Este es únicamente un ejemplo de las posibilidades que ofrecerá el coche conectado y la comunicación coche-a-coche. Un coche moderno ya dispone de sistemas informáticos robustos y potentes, y un despliegue de sensores y cámaras más que suficiente para recopilar mucha información de importancia acerca de lo que sucede a nuestro alrededor. Pero el avance de esta tecnología requiere algo más, iniciativa por parte de nuestros políticos. Y he aquí el jarro de agua fría que ha arrojado la administración Trump al coche conectado y la comunicación entre vehículos.
El anterior inquilino de la Casa Blanca, y su equipo, había propuesto hace un año estandarizar las tecnologías que permitan establecer una comunicación entre coches. Para conseguirlo, no solo es necesario conminar a los fabricantes a incorporar esta tecnología de serie en sus coches, sino también facilitar el establecimiento de protocolos de comunicación.
Pero, según habrían declarado algunos responsables de la industria del automóvil, que prefieren permanecer en el anonimato, la administración Trump habría cancelado los planes de sus predecesores. Un movimiento que podría retrasar notablemente el desarrollo de la comunicación entre coches. Ver noticia en Associated Press.
La administración Trump estaría frenando las iniciativas políticas que promovió su sucesor para facilitar el avance de la comunicación entre coches
La comunicación entre coches exigirá transmitir mucha información con inmediatez. De ahí que sea necesario trabajar con redes inalámbricas de alta velocidad. Aunque los fabricantes ya pueden instalar tecnología en sus coches, por ejemplo mediante conexiones de datos 4G, la apertura y la dedicación de conexiones