Desde 1989, año de lanzamiento del primer Lexus, la marca nipona fue a por las marcas premium alemanas. Para poder hacerse un hueco era preciso una calidad de fabricación irreprochable, un refinamiento superior al de los modelos alemanes y cupés (y berlinas) deportivas. De éste último aspecto, se encargó el sello Lexus F. Y este año, Lexus F (F por circuito de Fuji) cumple 10 años.
Y esta es la breve, pero intensa, historia de los deportivos de Lexus F. Serán pocos, pensarás con razón, pero en la era de la sobrealimentación, reconforta saber que todavía quedan modelos con un V8 atmosférico capaz de aullar a la luna carretera a más de 7.000 vueltas. La cuestión es saber si sobrevivirán otros 10 años.
Lexus, que no pudo contar con una imagen de marca construida durante décadas para vender sus coches, tampoco puede contar sobre herencia deportiva para vender sus coches de altas prestaciones del sello F. A base de superarse continuamente en los aspectos de refinamiento, calidad y tecnología -especialmente híbrida- ha conseguido en menos de 20 años entrar en el círculo cerrado de las marcas premium (algo hasta entonces reservado a las marcas occidentales). Pero no ha logrado el mismo éxito de ventas con la vertiente deportiva de su marca.
Que Lexus esté compitiendo en la máxima categoría del Campeonato GT nipón (JGTC), la GT500, desde 2006 no es suficiente, pues la proyección internacional del JGTC es mínima. Así que Lexus decidió aplicar la misma receta y conceptos que tanto éxito comercial le dieron a Audi Sport (antiguamente Quattro GmbH), BMW M y Mercedes-AMG.
Lexus SC 400 y GS 400: los precursores de Lexus F
El primer modelo de Lexus fue la berlina LS (cuya presentación internacional a la prensa, por cierto, fue en España, en Barcelona). Por aquel entonces aún no