¿Qué tienen los familiares potentes que nos fascinan? Posiblemente sea esa capacidad de pasar desapercibidos, de camuflar su potencial prestacional en un envoltorio sensato y práctico. Auténticos “sleepers”, bestias de alto rendimiento y sorprendente practicidad. Un profano no espera que ese “Audi A6 Avant” que espera al verde tenga 605 CV bajo el capó. Hace años los familiares de altas prestaciones eran aún más escasos, y fue hace ya 12 años cuando Mitsubishi produjo el que es considerado uno de los unicornios de este apasionante mundo. Esta es la historia del Mitsubishi Lancer Evolution IX Wagon, una edición limitada a sólo 2.500 unidades. ¿El sleeper definitivo?
El mercado japonés de coches de altas prestaciones siempre fue muy peculiar. Es un mercado extremadamente purista, donde son comunes las ediciones limitadas, cuya exclusividad justifica un elevado valor futuro de reventa. En 2005, Mitsubishi lanzó al mercado un Lancer Evolution de producción limitada a 2.500 unidades, todas ellas con volante a la derecha y destinadas al mercado japonés. Era el exclusivo y desconocido Mitsubishi Lancer Evolution IX Wagon, basado en la novena generación de la mítica berlina deportiva, que ahora tomaba un cariz más familiar y práctico, pero con el mismo rendimiento de siempre.
Por unas 13.000 libras esterlinas puedes encontrar unidades a la venta en Reino Unido. Es la única forma de conseguir una unidad en Europa.
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Se vendió durante apenas dos años, y nunca fuera de las fronteras de Japón. En Reino Unido y otros mercados de volante a la derecha llegaron unas pocas unidades, siempre importadas por canales no oficiales. Era la única forma de conseguir el único Mitsubishi Lancer Evolution familiar jamás fabricado. Estéticamente no había cambios con respecto a otros Evolution hasta el pilar C, de ahí hacia atrás, el coche heredaba la “joroba”