Lutz Meschke concedía estos días una entrevista muy interesante a Automotive News hablando acerca de un tema importante para Porsche, el lanzamiento de sus primeros coches eléctricos que tendrá lugar en los próximos años. En 2019 llegará a los concesionarios el Porsche Mission E. Ese no será su nombre definitivo, pero sí podemos asumir que el coche eléctrico que veremos en los concesionarios, que será algo más pequeño que el Porsche Panamera, será muy fiel al prototipo que conocimos hace dos años, en lo estético, y al respecto de sus cifras de prestaciones, autonomía y tiempos de carga. ¿Pero cómo financiará Porsche su oleada de lanzamientos de coches eléctricos?
Meschke hablaba de uno de los grandes dogmas de Porsche, su objetivo de rentabilidad, de un margen operativo superior al 15%. Porsche asume que la tecnología que emplearán sus coches eléctricos será cara, ya no solo por su coste de producción, sino también por la inversión en desarrollo que implica. Y si Porsche quiere que sus coches eléctricos triunfen, ese coste no podrá repercutirlo en el cliente, especialmente si tenemos en cuenta que se trata de una tecnología que aún tiene que luchar para recibir la aceptación del cliente.
Pero Porsche no está dispuesta a reducir el beneficio obtenido por la venta de cada coche para compensar la inversión en sus coches eléctricos, que equiparán una tecnología que estiman tendrá un coste por cada vehículo en el entorno de los 8.000 y los 10.000 euros. La llegada de los coches eléctricos y el aumento de las versiones híbridas enchufables, que en los próximos años cubrirán toda su gama de productos, creará 1.200 puestos de trabajo en la factoría de Zuffenhausen.
Ni la importante inversión que exige el coche eléctrico comprometerá los elevados márgenes de beneficio que Porsche obtiene con la venta de sus productos
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