La deriva que está tomando el Proceso Soberanista en Cataluña está alcanzando forma estratosférica. A los señores independentistas, no sólo no les vale con montar un circo para salirse de España, sino que el ex presidente de la Generalitat (prófugo de la justicia española en Bélgica) plantea que la ciudadanía catalana vote en un referéndum su salida de la Unión Europea, a la que califica como “club de países decadentes”.
Todo este desaguisado ha provocado que miles de empresas se vayan de Cataluña para poner su sede social en ciudades, o Comunidades Autónomas, que les ofrezcan seguridad jurídica. A día de hoy, Seat todavía no ha dado el paso, pues la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española ha calmado un poco el panorama. Sin embargo, con la incitación del ex presidente Puigdemont para votar un referéndum para salir de Europa, las cosas cambian.
No hay que ser muy avispados para saber que Seat, y la planta que tienen en Martorell, es uno de los principales motores de la economía catalana (y española). Por esta razón, el Grupo Volkswagen dio permiso a la dirección de la firma española para trasladar su sede social a otra ciudad española (o país de la Unión Europea) si la situación socio-política se complicaba.
De esta manera y ante la amenaza que suponen las palabras de Puigdemont, la casa española no sólo no cambiaría de sede social sino que, de una vez por todas, cerraría la mayoría de sus operaciones en el país junto con la planta de Martorell. Según el diario El Mundo, Luca de Meo, Presidente Ejecutivo de Seat, ha mandado una carta a la plantilla en la que anuncia que
“la estabilidad política, la seguridad jurídica y la permanencia en la Unión Europea son imprescindibles para asegurar la sostenibilidad económica y laboral de nuestra compañía y