El KIA Stinger es uno de los lanzamientos más importantes del año para KIA. Y aunque este año han presentado superventas tan importantes como los KIA Stonic o los KIA Picanto, su primera berlina deportiva juega en otra liga. Sus ventas no serán ni mucho menos tan abundantes, y es un lanzamiento arriesgado, un producto con el que se aventuran en terrenos inexplorados – algunos dirían que incluso en la boca del lobo. Sobre los hombros del KIA Stinger recae una gran responsabilidad: cambiar al completo nuestra percepción de la marca coreana, y conquistar por el corazón a los que no habían conquistado por la razón.
No es mi intención, ni mucho menos, “hacerle la pelota” a KIA. Pero la realidad es que es una marca, que al igual que Hyundai, está en plena ofensiva de producto, lanzando coches con una excelente relación calidad-precio y un atractivo innegable. Coches que son capaces de competir de tú a tú con lo mejor que las marcas europeas generalistas son capaces de ofrecer. Sin embargo, el KIA Stinger es un coche que busca conquistarnos, que busca ser un incordio para coches como el BMW Serie 4 Gran Coupé o el Audi A5 Sportback. Un coche que se mete donde no le llaman, en el mejor sentido de la expresión.
El KIA Stinger es una berlina deportiva de cinco puertas y 4,83 metros de largo. Se ofrece con tres motorizaciones de entre 200 CV y 370 CV, asociadas a propulsión trasera o tracción total.
Ver la galería completa en Diariomotor
KIA saca pecho con el Stinger. Quiere demostrar que es capaz de fabricar coches tan competitivos y tecnológicos como las premium europeas, y lo demuestra con una política de fichajes y desarrollo que debería dar miedo en Alemania. Albert Biermann – el máximo responsable de BMW