El futuro del coche eléctrico va tomando forma, poco a poco, y con grandes diferencias entre diferentes países de la Unión Europea. La respuesta a Tesla ya está aquí, con una propuesta que, lejos de rivalizar con la marca de Elon Musk, pretende mejorar la red de cargadores rápidos en carretera para viajes de larga distancia. No todos los días vemos una unión de fabricantes tan nutrida como esta. IONITY es un proyecto en el que BMW (y Mini), Daimler (Mercedes-Benz y smart), Ford y el Grupo Volkswagen (incluyendo Audi y Porsche) han hecho fuerza para desarrollar una red de cargadores de gran potencia, de 350 kW. Para hacernos una idea de lo que esto puede significar, Porsche espera que su primer eléctrico, que llegará en 2019, pueda obtener más de 400 kilómetros de autonomía con una carga de solo 15 minutos. Estas cifras, obviamente, no solo dependerán de la potencia de los cargadores, sino también de las capacidades del coche eléctrico y su sistema de baterías.
Con esta tecnología salta a la vista que uno de los grandes inconvenientes del coche eléctrico hasta ahora, el de los tiempos de carga en viajes de larga distancia, podría resolverse hasta el punto de conseguir que los tiempos se reduzcan hasta prácticamente igualar al repostaje de un coche en una gasolinera.
Ante este panorama, tiene sentido que los fabricantes se conjuren para animar el desarrollo del coche eléctrico. Ya no solo para competir con la red de cargadores Supercharger, sino también para no dejar todo en manos de Tesla y contribuir a que Europa sea un mercado en el que los viajes de larga distancia en coche eléctrico dejen de ser un gran quebradero de cabeza, para convertirse en algo habitual y factible.
Con esta tecnología veremos cargadores capaces de recargar más de 400 kilómetros