Como bien es sabido por todos, el gigante asiático tiene muchísimos problemas de contaminación. Si vivís o habéis pasado por Madrid en un episodio de mala calidad del aire conoceréis la sensación de estar bajo una boina de gases y polución. En China, este efecto se multiplica, tanto que en ciudades como Shangai una espesa niebla dificulta la visión.
Para ello –por fin-, China está tomándoselo en serio y está dedicando todos sus esfuerzos a reducir la polución, la misma que hace que mucha gente enferme y que su aire sea inrespirable. Una de las medidas que tomará será la de pedir a los fabricantes que paren la producción de 553 vehículos el 1 de enero.
Según Bloomberg, portal financiero de Estados Unidos, la producción podría afectar a modelos que no cumplen con los límites de consumo de combustible del país, y según los informes, esto incluiría a vehículos de Mercedes-Benz o Audi, por ejemplo.
Cierto es que 553 vehículos pueden parecer muchos en Europa, pero teniendo en cuenta el gran número de vehículos turismos que se producen y comercializan en China, es en realidad, un porcentaje ínfimo. Aún así, es un pequeño paso para unas limitaciones que el gigante asiático necesitaba con urgencia.
“Los documentos saldrán a la luz con frecuencia en el futuro.” explicaba Wang Liu-Sheng, analista de Seguridad Mercantil en China, “Es una medida esencial para garantizar el sano desarrollo de la industria a largo plazo.”
China, como en otros sectores industriales, es uno de los mayores fabricantes de automóviles a nivel mundial. Curiosamente, también es el mayor mercado de vehículos eléctricos. Hay que recordar que marcas como Nio proceden de allí, y otras como Faraday, trabajan gracias a capital chino.
El gigante asiático, como otros países occidentales, también ha sopesado un plan para prohibir los coches de combustión en un futuro muy