¿Es el car-sharing un aliado o un enemigo del transporte público? ¿Puede integrarse en las redes de movilidad de nuestras ciudades como una opción más? ¿Debe reservarse espacio para las flotas en las calles? Estas y algunas otras preguntas sobre el futuro inmediato de la movilidad urbana se plantearon el pasado jueves 23 durante la V Conferencia de la Asociación Española de Car Sharing bajo el tema “La interoperabilidad del car-sharing con el transporte público“. Con gran simbolismo, la reunión tuvo lugar en la sede de la Empresa Municipal de Transporte de Madrid.
El car-sharing necesita en España una regulación que le ofrezca los beneficios de un servicio público y lo equipare a otros medios de transporte sostenible. Este fue el principal mensaje de la ponencia de apertura de Pau Noy, Presidente de la Asociación Española de Car Sharing y Adjunto al Delegado de Transportes Metropolitanos de Barcelona, quien puso como ejemplo a seguir la llamada “Ley del Car-Sharing” de Alemania que entró en vigor el pasado septiembre. Algunas de sus demandas para el sector fueron desde una tasa de IVA reducida (10%) hasta la regulación de la reserva de espacios en las calles para las flotas de vehículos o la autorización para circular por el carril VAO y zonas de residentes. Noy recalcó que el car-sharing debe considerarse una parte del transporte público y que una de las claves es que su reserva o pago se integre en las tarjetas y abonos de los sistemas existentes.
Pero ¿de verdad es el car-sharing un aliado del transporte público o es más bien un competidor? Según las empresas ponentes (Alphabet, Avancar, Bluemove, Car2Go, eCooltra, Moovel y Respiro) sin lugar a dudas es un aliado. Javier Fernández, de EMT se refirió también al car-sharing como una parte integrante más del ecosistema de