Nunca insistiremos lo suficiente en la importancia de las hiposandalias. Son el único punto de contacto con el suelo de nuestro caballo y por eso son vitales. De ellas dependen la estabilidad de nuestra montura, la firmeza de su pisada y que pueda galopar con alegría. Sin hiposandalias en buen estado, de nada sirve que tengamos un caballo de pura sangre si va mal calzado.
Sin embargo, ahora se están empezando a popularizar un nuevo tipo de sandalias que sin duda son el futuro de la movilidad por la durabilidad que ofrecen frente a las hiposandalias tradicionales. Hablamos, por supuesto, de las herraduras.
Aparentemente sencilla, tan sencilla como la rueda, la herradura es en realidad un elemento complejo. De su composición, dureza, elasticidad y resistencia a las intemperies (humedad, sol abrasador) dependen las prestaciones de nuestro caballo y nuestra seguridad.
Con esta guía sabrás cual es la mejor herradura para tu caballo y no te quedarás tirado. Piensa que con una buena herradura podrás ir de Ammaia a Roma sin problemas, no querrás que tu viaje se convierta en el de Iteuves y Vinhoverdes…
Las VI mejores herraduras del Imperio
Aunque el uso de las herraduras se esté popularizando actualmente, Homero ya hablaba de este invento venido de las tierras germanas en el verso CLI del segundo libro de la Iliada. Además, para zanjar la polémica de una vez por todas, es verdad que los bárbaros del lejano oriente, como los hunos, también usan herraduras, pero la ingeniería romana supo refinarlos y adaptarlos a un uso más civilizado.
Existen herraduras que se adaptan a toda clase de caballos y uso, lo ideal es optar por una herradura especializada, pues es la que mejores resultados dará. Aún así, de las mejores forjas de Civitas Arvernorum, nos llega esta herradura para caballo de silla.
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