Una vez más, en Actualidad Motor, hablamos de un vehículo con un sistema de propulsión alternativa; en este caso estamos ante un híbrido. Y es que muy pocas son las marcas que se niegan a desarrollar y lanzar al mercado vehículos híbridos o eléctricos. En esta ocasión probamos el Hyundai Ioniq en su versión híbrida normal, aunque debes tener en cuenta que este modelo también se ofrece con mecánicas híbrida enchufable y totalmente eléctrico.
Este producto, el Hyundai Ioniq, tiene una gran importancia en la marca asiática, pues es su primer vehículo híbrido. Llegaba al mercado a finales de 2016, cuando ya pudimos ponernos a sus mandos durante la presentación nacional a los medios de comunicación. Ahora hemos podido exprimir sus capacidades durante varios días, descubriendo a fondo sus aptitudes y, por supuesto, sus consumos de combustible. Probamos el Hyundai Ioniq con acabado Style, su versión tope de gama.
Un exterior sencillo pero personal
Hubo una época, hace relativamente poco tiempo, que parecía obligatorio crear un diseño exageradamente llamativo -que por ello siempre significaba bonito- cuando un modelo híbrido o eléctrico quería salir a la luz; y si no, que se lo digan al Toyota Prius, uno de los principales rivales de nuestro protagonismo. La “madurez” de este tipo de vehículos y el conocimiento por parte de la sociedad ha permitido realizar diseños más naturales, como los de este Hyundai Ioniq o el del Kia Niro que probamos semanas atrás.
Ya no es imprescindible hacerse ver, por lo que este Hyundai no es un modelo que haga girar cabezas a su paso. Pero como solemos hacer, antes de repasar su estética exterior, vamos a conocer las dimensiones exteriores de este Hyundai Ioniq. Sus proporciones son 4,47 metros de largo, 1,82 de ancho y 1,45 de alto, mientras que su distancia entre ejes es de