En su etapa más reciente como en sus inicios, Bugatti siempre fue sinónimo de lujo, prestigio y potencia. Pero al igual que muchos otras compañías, hubo un momento en su historia que para sobrevivir tuvo que dedicarse a otra cosa de que no fueran los automóviles de lujo. En el caso de Bugatti, la necesidad le llevo a desarrollar y fabricar trenes: los Automotores Bugatti WR y WL.
Peor Bugatti siendo el fabricante de prestigio y con varias victorias en Le Mans no podía hacer un tren cualquiera. Respetando el pliego de condiciones de la administración ferroviaria francesa y sin que se lo pidiesen, se permitió el lujo de crear algunos de los trenes más rápidos de la época. De cierto modo, los automotores Bugatti son los precursores de los trenes de alta velocidad actuales.
Bugatti Type 41 Royale Coupé De Ville
En 1927, Ettore Bugatti comienza el desarrollo de un nuevo modelo, el Type 41 “Royale”. Éste deber ser el mejor automóvil del mundo. El Bugatti Type 41 “Royale” equipa bajo su interminable capó un enorme 8 cilindros en línea de 12,7 litros de cilindrada que desarrolla 200 CV. A finales de los años 20, es un motor tan bestia como lo es en la actualidad el W16 de 8 litros del Bugatti Chiron.
Sin embargo, la terrible crisis de 1929 le confirman sus temores a Ettore Bugatti: habida cuenta del desorbitado precio del coche, nunca podrá fabricar las 25 unidades que tenía previstas. Al mismo tiempo, la producción del resto de la gama, los Type 46 y Type 50, caía en picado a partir de 1930. Ettore Bugatti se vio entonces frente a dos problemas.
Un motor noble para un tren
El primero era qué hacer con el stock de motores 8 cilindros del Bugatti Royale. Había vendido