Puede ser que en nuestro país las carreras de Monster Truck no hayan calado especialmente en la afición, pero es precisamente eso lo que al mismo tiempo las convierte en algo extraño, místico y fascinante para todos los que somos, como mínimo, un poco petrolhead.
Monstruos mecánicos de ruedas enormes, llamativas carrocerías inspiradas en vehículos de producción y grotescos motores V8 alimentados con nitrometano a escape libre campan a sus anchas en Estados Unidos. Sus espectáculos llenan estadios y son retransmitidos por televisión, porque lejos de ser siempre lo mismo, sus pilotos cada vez rompen las barreras de lo físicamente imposible.
El mítico Grave Digger (Dennis Anderson) es quizá el coche que más aparece en esta recopilación incluso por triplicado en varias generaciones, pero también están Max-D (Tom Meents), El Toro Loco (Marc McDonald), Monster Energy (Todd LeDuc) o Son-uva Digger (Ryan Anderson) con una de las maniobras más increíbles haciendo equilibrios ¡sobre una rueda!
Pero el premio honorífico a la pirueta más rocambolesca se lo lleva Lee O’Donnell, piloto del Mad Scientist, con un frontflip perfecto ejecutado en combinación con un caballito. Y es que estas bestias de 1.500 caballos dan mucho juego.
Los hombres y mujeres que se ponen a los mandos de estas bestias no tienen miedo de destruir sus vehículos, de hecho es una de las partes principales del espectáculo donde casi siempre las máquinas terminan volcadas y escupiendo fuego como pudimos comprobar en el Monster Jam de Madrid.
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