El pasado mes en San Francisco, un motorista, Oscar Nilsson, se vio implicado en un accidente con uno de los Chevrolet Bolt EV de Cruise Automation (la filial de GM que realiza las pruebas de conducción autónoma), siendo éste uno de los coches de la prueba piloto en entorno abierto de conducción autónoma que lleva a cabo General Motors. Tras el accidente, el motorista ha demandado a General Motors.
Oscar Nilsson asegura que sufrió heridas mientras circulaba detrás de uno de los Chevy Bolt EV de Cruise Automation, mientras el “conductor” no tenía las manos en el volante (durante las pruebas es obligatorio que haya un conductor para tomar el control si fuese necesario). Este accidente es el claro ejemplo de todo lo que falla al querer que coches de conducción autónoma cohabiten con vehículos operados por humanos. Y arroja luz, de nuevo, sobre los retos que supone soltar un vehículo autónomo en un entorno impredecible.
¿A qué carril vas? ¡Decídete!
Según cuentan en The Mercury News, que recoge la demanda de Nilsson, el Bolt que circulaba por el carril central inició un cambio de carril hacia su izquierda, pero de repente volvió de forma brusca al carril central colisionando con Nilsson en su moto. Las heridas sufridas por Nilsson, asegura, fueron suficientemente importantes para que se viera obligado a estar de baja.
Sin embargo, el informe del accidente que GM entregó a las autoridades competentes, en este el California Department of Motor Vehicles, contradicen la acusación de Nilsson. Para General Motors, el Bolt inició un cambio de carril a la izquierda pero tuvo que abortar la maniobra porque el coche que estaba delante aminoró la marcha.
Este accidente pone de manifiesto la problemática en la que se verán muchos coches autónomos mientras circulen en las mismas calles y carreteras que vehículos conducidos por