El segmento de las berlinas medias está sufriendo el envite de los SUV´s y todo caminos de la mejor forma que puede. De hecho, muchos fabricantes han sido los que ya lo han abandonado o piensan hacerlo en breve. En el caso de Opel, antes de que los “coches altos” se llevaran todo por delante, decidieron sustituir al veterano Vectra por una nueva berlina denominada Insignia con la que volverían a probar suerte.
Cuando llegó al mercado el Insignia nadie esperó que se convirtiera en un auténtico éxito de ventas para la marca y el segmento, pues fue en ese momento cuando los SUV´s atacaban a las berlinas con más fuerza. Sin embargo, Opel supo imprimir un diseño elegante a la par que deportivo, dotarle de una gama mecánica amplia y (relativamente) fiable y una calidad de construcción que a día de hoy todavía no tiene tacha.
La despedida del primer Insignia llegó con una segunda generación mucho más atractiva, grande, ligera y moderna que no solo ha supuesto una gran mejora cuantitativa y cualitativa respecto al modelo precedente, sino que ha mejorado por mucho, los resultados de ventas de la primera generación. El principal dato que hay que tener en cuenta es que su producción se inició en el pasado mes de marzo en la fábrica que Opel tiene en Rüsselsheim, Alemania y en estos diez meses ya ha logrado registrar más de 100 mil pedidos.
Si tenemos en cuenta que la segunda generación no ha contado con todas las carrocerías disponibles desde el momento inicial de la venta, las semanas de diferencia que se han establecido entre las ventas de la primera y la segunda iteración son más que perdonables. En cualquier caso, ahora que Opel está englobada en el Grupo PSA podemos decir que el Insignia se ha convertido en el