En la actualidad, si eres un fabricante y todavía no tienes ningún modelo electrificado, puedes estar en un apuro con respecto a tus ventas. Jaguar no es, precisamente, una de las firmas que más comercialice, de hecho el año pasado logró poner en circulación tan solo 150.000 vehículos. Esto es algo que podría cambiar con el I-Pace.
Las tendencias apuntas a modelos híbridos y eléctricos, aunque la primera opción, a día de hoy, parece la más sensata si nos situamos en un país que no esté bien equipado en cuanto a estaciones de carga, como es el nuestro. Es ahí cuando el binomio SUV y eléctrico podría jugar un gran papel.
El SUV compacto de la firma inglesa contará en este 2018 con su propia competición, la Jaguar I-Pace eTrophy. Una estrategia de marketing como esta, tiene que conllevar un buen producto detrás. Preparado para presentarse oficialmente en el Salón del Automóvil de Ginebra, el I-Pace será el rival directo del Tesla Model X.
El primer modelo totalmente eléctrico de Jaguar contará con una autonomía de 500 kilómetros con una sola carga. El SUV inglés contará con sistema de tracción total, y será capaz de cargar el vehículo hasta el 80% de la capacidad en un tiempo de 45 minutos. Algo más lento que el futuro Porsche Mission E, pero una cifra lógica para poder utilizarlo en trayectos largos. Además, gracias a la disposición de las baterías, en el fondo del vehículo, se ha conseguido reducir el centro de gravedad 12 centímetros más que un F-Pace.
No todo van a ser cifras de autonomía. El Jaguar I-Pace será capaz de producir 400 caballos de potencia máxima y un par motor de 700 Nm, pudiendo alcanzar los 100 km/h desde parado en tan solo 4 segundos. Uno de sus principales problemas es el peso, que rondará