Inevitablemente asociamos a Porsche el rugido, y el tintineo metálico, de un motor de cilindros enfrentados. Pero la marca ya piensa en un futuro en el que buena parte de su gama estará basada en la propulsión eléctrica, y habrá mecánicas con alguna suerte de electrificación en todas sus líneas de producto. Porsche apostará, y muy fuerte, por el coche eléctrico. Y no solo piensan que es una línea de negocio viable y necesaria, sino también coherente y compatible con su legado, con su filosofía de fabricante de deportivos.
La estrategia de coche eléctrico de Porsche
La electrificación de Porsche se producirá en dos líneas. La primera de ellas es la de los híbridos enchufables. Tanto Porsche Panamera, como Porsche Cayenne, disponen desde hace tiempo de mecánicas híbridas que más tarde pasaron a ser híbridas enchufables. Porsche ha conseguido ofrecer en su gama híbridos que, por ejemplo en el caso del Panamera, han copado un 60% de sus ventas. Híbridos de muy diversa índole, desde las alternativas más lógicas para el diésel, a los híbridos de altos vuelos, como los nuevos Turbo S E-Hybrid con motor V8 y una potencia conjunta de 680 CV.
Pero, insistimos, eso es solo el principio. Lo próximo será la llegada de una gama de eléctricos que girará en torno al prototipo Porsche Mission E que ya conocemos.
Porsche lleva años comercializando híbridos enchufables, que en productos como el Porsche Panamera han llegado a suponer más de un 60% de las ventas de este coche
Porsche ha previsto la inversión de 500 millones de euros en el desarrollo del Mission E, algo así como un sedán más compacto que el Porsche Panamera, y completamente eléctrico, así como toda una gama de productos eléctricos. Aunque su nombre definitivo aún no se ha confirmado, y por eso simplemente lo conocemos como Mission