El Reino Unido ha expresado su hartazgo con los sucesivos escándalos en la industria automotriz a través de contundentes medidas que prevé poner en marcha. El gobierno británico ha comunicado así sus planes de penalizar a los fabricantes de automóviles que intenten engañar en las emisiones de gases contaminantes. Y quieren hacerlo con cargos penales que vayan más allá de las normas europeas.
Una lucha contra el fraude y la lupa puesta en las importaciones
Sabemos Oxford se ha unido a la tendencia de desterrarlo todo menos los vehículos alternativos (véase eléctricos, híbridos…). La fecha está fijada en 2020, año en el que se prohibirá la entrada al centro de vehículos diésel y gasolina.
Desde el Consejo Municipal de Oxford han declarado que todos los que utilizan vehículos gasolina o diésel contribuyen a empeorar el aire tóxico de la ciudad, y que eso tiene que cambiar. Y ante el alud de escándalos por parte de la industria del motor, con centro neurálgico en Alemania, el gobierno británico va a endurecer su legislación ante el engaño.
For the first time in 18 years London has gone nearly a month without breaching legal hourly limits for air pollution – this shows our plans are beginning to have an impact. It’s time for the Govt to match my ambition so all Londoners can breathe easy https://t.co/ESw7zpHyo1— Mayor of London (@MayorofLondon) 30 de enero de 2018
Las medidas, que se han sometido a consulta pública, tienen como objetivo evitar que se repita el escándalo del Grupo Volkswagen que afectó a 1,2 millones de automóviles en Gran Bretaña. Recordemos que en Europa no ha habido compensación.
Tal y como recogen Automotive News y Reuters, el ministro de Transporte, Jesse Norman, ha declarado lo siguiente:
«Continuamos tomando las acciones inaceptables de Volkswagen con extrema seriedad, y estamos preparando nuevas medidas para