Hace unos días las principales ciudades de Alemania anunciaban que estaban estudiando prohibir la entrada a sus vías a los vehículos equipados con mecánicas diésel antiguas. Esta decisión ha sido tomada tras el escándalo de las emisiones contaminantes de las mecánicas diésel del Grupo Volkswagen y las sospechas de que otros fabricantes (nacionales y no) estuvieran haciendo trampas para homologar las emisiones de sus coches.
Para apoyarse en datos concretos, un comité de expertos alemán ha estimado que al año, entre 6 mil y 13 mil personas pierden la vida en el país, por culpa de las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) que emiten este tipo de mecánicas. Para mostrar el impacto que tienen estos propulsores en las principales ciudades del país, han puesto como ejemplo a Stuttgart, Dusseldorf, Munich o Colonia, pues superan, habitualmente, los niveles máximos de NOx permitidos por la Unión Europea.
Por esta razón, las ciudades antes mencionadas han decidido que los vehículos equipados con ciertas mecánicas diésel no puedan acceder a ellas. Por ahora, Stuttgart ha prohibido los Euro 4 a partir del próximo mes de enero y los que sean Euro 5 no podrán acceder al centro de la ciudad en septiembre de 2019. Teniendo en cuenta esta situación, el gobierno alemán avisó de que no estaba de acuerdo con la medida y que no permitiría que se llevar a cabo.
Para ello, habían sugerido la introducción de catalizadores en los modelos anteriores a la normativa Euro 5, claro está, pagados con dinero público. Sin embargo, la justicia del país ha dado la razón a las ciudades que quieren establecer ciertas prohibiciones, pues considera que la salud de la ciudadanía está por encima de otros objetivos. Sin embargo, a la hora de comunicar esta noticia, ha aprovechado para avisar de que la introducción de estas medidas