Ya estábamos avisados. Las inspecciones técnicas de vehículos se van a endurecer: la ITV se volverá más exigente, especialmente en lo referente a emisiones contaminantes, y mejor preparada para detectar posibles fraudes y manipulaciones en los automóviles. Posiblemente, también más cara.
Será el próximo 20 de mayo cuando entren en vigor las novedades, entre las que destacan los nuevos dispositivos de lectura del sistema de diagnóstico a bordo (OBD por sus siglas en inglés) para unidades matriculadas a partir de 2008. Todas las estaciones de ITV a nivel Europeo están obligadas a disponer de este sistema.
Mayo, ¿el fin de las repros no homologadas?
Tal y como ha comunicado la AECA (Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos), para dicha implementación se ha determinado una primera fase en la que los equipos deberán ser capaces de comprobar una serie de elementos entre los que cabe destacar: el sistema de identificación del vehículo y el kilometraje; los sistemas electrónicos de estabilidad (ESC), el sistema antibloqueo de frenos (ABS), el sistema de retención (airbags, pretensores, SRS), los sistemas de alumbrado y señalización, etc.
En una segunda fase se ampliarán estas pruebas a otros sistemas electrónicos, como los sistemas de visión de cámara nocturna, regulador activo de velocidad, corrector automático de los faros y nuevos sistemas de iluminación, entre otros.
Durante el chequeo de la electrónica, se realizará una comprobación complementaria a la actual a través de conector OBD del coche (suele estar ubicado en la zona de los pies del conductor). El objetivo es detectar posibles manipulaciones del motor (software malicioso), la válvula EGR o el filtro antipartículas mediante una lectura digital del ordenador de abordo.
Tal y como indica el BOE (Anexo I):
En relación con el control de emisiones, los sistemas de diagnóstico a bordo (DAB) permiten mejorar