Sólo habían pasado dos años desde el nacimiento del mito, desde que Porsche presentara en el Salón de Frankfurt de 1963 al Porsche 901, al sustituto del Porsche 356, al que terminaríamos conociendo como Porsche 911. Era también el Salón de Frankfurt, la edición de 1965 y Porsche presentaba al mundo al Porsche 911 Targa, una icónica versión del Porsche 911, preciosa, bien viva hoy día y que nacía entonces, hace más de 50 años, por una cuestión de seguridad…
El Porsche 911 Targa nació por las normativas de seguridad para cabrios de EEUU
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A la hora de darle relevo al Porsche 356 la marca alemana tenía claro que su nuevo deportivo iba a tener una versión descapotable, a fin de cuentas las versiones sin techo del Porsche 356 representaban un 17% de las ventas. Con esto presente la marca alemana tenía un importante escollo por salvar, la seguridad de los descapotables de la épica.
El mercado norteamericano, fundamental para los de Stuttgart, amenazaba con aplicar prohibiciones por motivos de seguridad a los coches descapotables y esto hizo que en su concepción el Porsche 911 incorporaba una barra antivuelco.
Ferry Porsche y su hijo Ferdinand Alexander Porsche, padre del 911, quedaron prendados del concepto del Porsche 911 Targa en 1963 y esa elegante barra antivuelco ya no era sólo un elemento de seguridad, también era un elemento fundamental de diseño.
Así es como el Porsche 911 Targa de producción llegó en 1965 al Salón de Frankfurt, bautizado como Targa por las victorias de Porsche en la Targa Florio. Su lanzamiento comercial tuvo lugar en 1967 y sólo un año después, en 1968, apareció de manera opcional un vidrio fijo calefactable sustituyendo a la lona de plástico original, condicionado de nuevo por la normativa de Estados Unidos.