El Chevrolet Camaro, junto a los Ford Mustang y Dodge Challenger, es uno de los modelos que mejor representa el espíritu libre que enarbola Estados Unidos desde su independencia allá por el año 1776. Además, es uno de los pocos productos que la firma de la pajarita comercializa de forma global sin apenas aplicarle cambios para adaptarlo a los gustos de los clientes de las diferentes regiones.
La sexta generación del Chevrolet Camaro llegó al mercado en el año 2016, y aunque su diseño no está excesivamente gastado, los responsables de la firma han decidido aplicarle un ligero restyling. La razón por la que han llevado a cabo este movimiento estratégico tiene que ver con su liderazgo en ventas, pues lleva varios años rivalizando con el Ford Mustang (el Dodge Challenger es más minoritario) por esta plaza.
A nivel estético, lo primero que llama la atención en el renovado Chevrolet Camaro son sus grupos ópticos frontales, pues reciben una tira de luces LED que se prolonga hasta la parrilla central. Esta parrilla está separada de la toma de aire que se sitúa en la zona baja del paragolpes. En la versión deportiva SS esta tira se vuelve de tono oscuro uniendo visualmente ambas entradas de aire. Otro elemento que se actualiza son los faros anti niebla, pues pasan a incorporar tecnología y ubicarse, de forma discreta, bajo el faro principal.
La vista lateral no sufre grandes cambios, manteniendo la característica línea de cintura ascendente así como unos pasos de rueda muy marcados. La zaga también recibe cambios, mostrando unas líneas de diseño más musculosas y marcadas. En ella, llama la atención la forma en que se han reorganizado sus grupos ópticos, mostrando una forma hexagonal marcada. El paragolpes también ha sufrido cambios, integrando dos a dos las salidas de escape terminadas en cromado.
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