El Opel Grandland X llegaba al mercado en 2017 como la alternativa de la marca alemana al competitivo segmento C-SUV, el de los todo camino de tamaño medio. Al iniciar su comercialización, el Grandland X solo estaba disponible con los motores 1.6 diésel de 120 CV y el gasolina 1.2 Turbo de 130. Hace unos meses se añadía el potente 2.0 de diésel de 177 CV al recién llegado acabado Ultimate, mientras que ahora debuta un nuevo y más eficiente motor diésel.
En realidad, este nuevo propulsor 1.5 diésel de 130 CV lleva ya un tiempo en la marca francesa del león, motorizando a los Peugeot 308, 3008 y 5008 bajo la denominación 1.5 BlueHDi. Está reemplazando poco a poco al anterior 1.6 diésel de PSA, motor que también acompaña todavía al Opel Grandland X pero que, como en el resto de modelos de Peugeot antes citados, desaparecerá próximamente.
Aunque en el configurador de la marca, de momento, solo pueda configurarse el nuevo 1.5 turbodiésel de 130 CV con cambio automático de 8 velocidades, el Grandland X asociará de serie esta mecánica a una transmisión manual de 6 velocidades. Como en el resto de versiones del modelo -y al igual que en su primo hermano Peugeot 3008-, no será posible configurarlo con un sistema de tracción integral.
El motivo del lanzamiento de esta mecánica 1.5 en sustitución del anterior 1.6 litros es mejorar las emisiones contaminantes y la eficiencia térmica, estando preparado para las exigentes normas anticontaminación que llegarán en 2020 con la normativa Euro 6d. Según PSA, consume entre un 4 y un 6 % menos. Además, merece la pena mencionar que, pese a reducir ligeramente la cilindrada, ha sido posible incrementar la potencia en 10 caballos respecto al propulsor al que sustituye.
Tras la introducción de esta mecánica, el Opel Grandland X