Puede que en el ámbito de la publicidad y el marketing todo esté inventado. En cualquier caso, no deja de sorprendernos ver cómo un coche es capaz de arrastrar una inmensa mole, de más de 130 toneladas, como este Boeing 787-9 Dreamliner, que en este caso fue remolcado por un Tesla Model X. Un Tesla ha sido el protagonista de la última argucia publicitaria de la aerolínea Qantas que, de esta forma tan pintoresca, quiere acercar al mundo las particularidades de su flota de aeronaves, y de vehículos de asistencia en tierra. ¿Pero cuál es el truco, si es que lo hay?
Un Tesla arrastrando un Boeing
Decíamos que Qantas ha querido emplear esta argucia publicitaria para hablarnos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. En esta línea, Qantas acaba de estrenar una flota de vehículos eléctricos para el proceso de arrastre de los aviones hasta las puertas de embarque de los aeropuertos de Sidney y Canberra.
Según Qantas, su flota terrestre se compone de más de 10.000 vehículos, la mayoría diésel, con lo cual su transformación en vehículos eléctricos supondría un avance importante en la reducción de emisiones que esperan llevar a cabo.
Qantas ha utilizado un Tesla para arrastrar uno de sus aviones, un Boeing 787-8 9 Dreamliner, y como argucia publicitaria para anunciar que estrenan nuevos vehículos eléctricos en su flota terrestre, y hablarnos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero
¿Tienen algún truco el Tesla o el Boeing que arrastra?
El truco de esta hazaña, por decirlo de alguna forma, es que este Boeing iba de vacío, lo cual no debería restar demasiados méritos al Tesla. Ni mucho menos. Hablamos de 130 toneladas de carga, mucho menos de lo que puede cargar un Boeing 787-9 Dreamliner al despegue, con pasaje, su equipaje y, sobre todo, el combustible