El Dodge Challenger SRT Demon y sus 852 CV se presentó como un coche de carreras de aceleración para la calle. Sus credenciales son un 0 a 60 mph (96 km/h) en 2,3 segundos y el cuarto de milla (402 metros) en 9,65 segundos. La idea era hacer del Dodge Demon en las pistas de dragster, lo que el Porsche 911 GT3 es para los track days. Y toda la comunicación del Demon está orientada a ese aspecto, la aceleración.

En una de sus últimas campañas publicitarias, Dodge asegura que el Demon está “listo para dominar”. Una afirmación muy soberbia, que se viene abajo cuando vemos la letra pequeña del anuncio: “exceptuando los coches de pequeña producción y los híbridos/eléctricos”.

Dicho de otro modo, el Demon es el más rápido siempre y cuando no le pongan deportivos de pequeñas series, como un Bugatti Chiron, un Koenigsegg Agera RS o un Chevrolet Corvette ZR-1. Y tampoco quedaría muy bien frente a un Tesla Model S P100D, por ejemplo. Y en cuanto al Rimac C_Two mejor no mencionarlo frente a los dirigentes de Dodge.

Conscientes de sus limitaciones

Lo curioso es que también incluyan a los híbridos. Es cierto que los modelos híbridos ofrecen una buena aceleración de 0 a 60 km/h u 80 km/h, como muchos eléctricos, aprovechando el empuje que les da la propulsión eléctrica, pero me da que no pensaban en un Toyota Prius sino más bien en los Porsche 918 Spyder, McLaren P1 o Ferrari LaFerrari, sin olvidarnos del Koenigsegg Regera.

En Dodge son conscientes de las limitaciones del coche -lo cual no quita que un cupé de 852 CV con esas prestaciones por 80.000 dólares es una auténtica ganga-, sin embargo me sorprende la necesidad de añadir esa nota a pie de anuncio. Al fin y al cabo, el lema “listo

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Únete a Naomi Ellis mientras se adentra en las vidas extraordinarias que dieron forma a la historia. Su calidez y perspicacia convierten biografías complejas en historias identificables que inspiran y educan.

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