En 2040 todos los modelos que Rolls-Royce saque al mercado serán coches eléctricos. Así lo ha confirmado el director ejecutivo de la marca británica, que pretende dejar completamente de lado en esa fecha las mecánicas de combustión. Toda una declaración de intenciones para un fabricante que, hoy por hoy, sólo ofrece mecánicas V12 de gasolina…
Torsten Müller-Ötvös, CEO de Rolls-Royce, ve peligrar el futuro de su marca si no se sube al carro de los vehículos eléctricos. En una entrevista concedida a Financial Times, Müller-Ötvös ha revelado el objetivo de Rolls-Royce en lo que a mecánicas alternativas se refiere: en el horizonte, 2040 como fecha límite para desarrollar propulsores eléctricos que jubilen a los convencionales de combustión.
El director ejecutivo de la marca de Goodwood ha recordado además que su intención es lanzar el primer Rolls-Royce eléctrico en los próximos diez años. Las estimaciones apuntan a que, entre 2020 y 2025, este Rolls-Royce de cero emisiones llegará al mercado. El paso intermedio debería ser la hibridación, pero el fabricante británico considera que llega tarde para eso y que sus clientes no lo aceptarían, por lo que una mecánica híbrida no está en sus planes: de la combustión se pasará a electrificación pura, nada de medias tintas.
El mercado manda
«Ofreceremos motores V12 todo lo que nos sea posible, siempre y cuando esté legalmente permitido venderlos», comenta en a entrevista Torsten Müller-Ötvös. Y esa es la clave en la hoja de ruta marcada por Rolls-Royce para las próximas décadas: la necesidad de electrificar su gama tiene más que ver con los requisitos legales que impondrán los mercados que por el compromiso medioambiental.
Desde luego Müller-Ötvös es consecuente con la filosofía de la marca, que nunca se ha preocupado por desarrollar mecánicas eco friendly, más bien todo lo contrario. Es el mercado amigo, como diría Rodrigo Rato.