Es muy probable que no lo sepas, pero Clive Sutton es un distribuidor y a veces preparador británico que se está ganando cierta fama. Igual si te decimos que él es el culpable de aquel brutal Sutton CS800 Mustang empiezas a saber por dónde van los tiros. En esta ocasión Sutton ha hecho su magia con otro Ford Mustang, pero con uno de 1967 y el resultado es aún más espectacular.
Lo han bautizado como Mustang GT500CS y, de momento, es un restomod one-off como mandan los cánones: espectacular y manteniendo la filosofía original, pero convenientemente actualizado.
Adiós cromados, hola oscuro objeto de deseo
El Mustang original ha sido desmontado pieza por pieza hasta dejarlo en el chasis para darle un repaso completo al bastidor y que pareciera recién salido de fábrica. Se han mejorado los componentes de la suspensión y una vez que el tren de rodaje ha estado listo han pasado a completar el exterior.
Con mucho acierto han montado un juego de paneles nuevo con una estética al más puro estilo Eleanor de ’60 Segundos’ y lo han pintado con colores disponibles en la oferta de Ford actual. Eso sí, para seguir las últimas tendencias no hay ni rastro de cromados en toda la carrocería. La parrilla delantera, los retrovisores o los marcos de las ventanillas están decorados en un profundo negro satinado que va a juego con las llantas de 18 pulgadas de inspiración clásica.
Bajo el voluptuoso capó encontramos un motor de ocho cilindros en uve, pero distinto al original de 320 CV. Tampoco han buscado ofrecer algo extravagante, llevando al 5.4 litros hasta los 520 CV gracias a la adición de piezas con especificaciones de carreras.
También se han incluido otras piezas interesantes para mejorar el conjunto como un diferencial de deslizamiento limitado, caja de cambios manual del siglo