El actual Porsche Cayenne lleva a la venta unos cuantos meses, y desde su puesta de largo, ninguna versión diésel ha llegado a los concesionarios. La animadversión hacia este combustible en Alemania – fruto de una polémica sentencia judicial que permite a las ciudades la prohibición de la circulación de coches diésel – y los coletazos del escándalo del Grupo Volkswagen han empañado la popularidad del combustible, pese a los esfuerzos de empresas como Bosch en salvarlo. El Porsche Cayenne E-Hybrid es el híbrido enchufable que firma la sentencia de muerte del diésel en la marca de Zuffenhausen.
La evolución de la tecnología híbrida en Porsche ha sido imparable, especialmente tras el lanzamiento del Porsche 918 Spyder y del programa de competición, en el que el Porsche 919 Hybrid ha dominado la resistencia con puño de hierro. El Porsche Cayenne E-Hybrid bebe de esta experiencia, combinando un motor 2.9 V6 biturbo de 340 CV con un motor eléctrico de 136 CV de potencia, obteniendo una potencia final de 462 CV, prestaciones superiores a las del Porsche Cayenne S de 441 CV y consumos que aprovechando al máximo la potencia eléctrica, hacen sonrojarse a los propietarios de un utilitario diésel.
Con respecto a la anterior generación del Porsche Cayenne E-Hybrid, el motor eléctrico tiene una potencia un 43% superior, y la batería del SUV deportivo crece en capacidad: pasa de tener 10,8 kWh a tener 14,1 kWh.
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El Porsche Cayenne E-Hybrid homologa un consumo medio NEDC de 3,2-3,4 l/100 km – según tamaño de llanta – y sobre el papel, hace el 0 a 100 km/h en sólo 5,0 segundos, 0,2 segundos más rápido que el Porsche Cayenne S. La potencia pasa a las cuatro ruedas a través de una caja de cambios automática Tiptronic S de