La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTHSA por sus siglas en inglés) ha dado a conocer su informe preliminar en el que analiza las causas del accidente mortal en el que el pasado 18 de marzo una mujer falleció tras ser atropellada por un coche autónomo de Uber.
1,3 segundos antes del impacto, el sistema determinó que era necesario un frenado de emergencia para mitigar una colisión, pero previamente se había clasificado al peatón como objeto desconocido. El informe también señala que los resultados de la prueba de toxicología efectuada a la víctima fueron positivos para metanfetamina y marihuana.
Un compendio de variables
Del informe -no concluyente- de la NTHSA se desprenden muchas variables que contribuyeron a hacer del atropello un accidente mortal:
La peatona, que vestía con ropa oscura, cruzó por una parte de la calzada por la que estaba prohibido el acceso a peatones y empujaba una bicicleta que no equipaba reflectores laterales. La prueba toxicológica efectuada después del accidente dio positivo en metanfetamina y marihuana.
Los datos estatales obtenidos del sistema autónomo muestran que tras detectar a la peatona, registró las observaciones de radar y LIDAR unos seis segundos antes del impacto, cuando el vehículo viajaba a unos 70 km/h.
Tempe Police Vehicular Crimes Unit is actively investigatingthe details of this incident that occurred on March 18th. We will provide updated information regarding the investigation once it is available. pic.twitter.com/2dVP72TziQ— Tempe Police (@TempePolice) 21 de marzo de 2018
A medida que el vehículo y las rutas peatonales convergían, el software del sistema de conducción autónoma clasificaba al peatón primero como un objeto desconocido, luego como un vehículo, y finalmente como una bicicleta con diferentes expectativas de trayectoria de viaje. 1.3 segundos antes del impacto, el sistema de conducción automática determinó que se necesitaba un frenado de emergencia para mitigar una