Hace nada menos que 30 años, Bose comenzaba a trabajar en una suspensión electromagnética capaz de absorber cualquier irregularidad del terreno sin que ello afectase al movimiento de la carrocería. Confort a otro nivel. Aludiendo a su elevado coste, ningún fabricante había apostado por esta tecnología que ha sido relegada al ostracismo durante años. Hasta ahora.
Tras ser adquirida por la compañía ClearMotion el año pasado, la amortiguación inteligente desarrollada por Bose por fin llegará al mercado asociada a un automóvil. Ya habíamos tenido noticia de que podrá salir al mercado en coches autonómos y ahora Motor Authority adelanta que también se equipará en modelos convencionales. Y lo hará muy pronto: la fecha anunciada es 2019.
De la mágica suspensión desarrollada por Bose, empresa especializada en dispositivos de audio, ya te habíamos hablado. Se trata de una tecnología adelantada a su tiempo, y como suele ocurrir en estos casos, también incomprendida. Los fabricantes aludían a su alto precio y su elevado peso, pero quizá la falta de confianza en Bose también jugó un papel importante. No en vano, la firma se dedica a fabricar altavoces.
Así funciona la amortiguación inteligente de Bose
Probada en un Lexus LS400, se trata de una suspensión activa que es capaz de detectar las irregularidades del terreno para adaptar la amortiguación antes de que que el vehículo pase por encima de las mismas. Ésta se anticipa a resaltos o baches evitando cualquier tipo de balanceo en la carrocería, que se mantiene recta. Es decir: la suspensión electromagnética nos permite pasar por encima de un badén sin que notemos su presencia.
El sistema combina un motor electromagnético, un amplificador de potencia y una serie de controladores basados en algoritmos matemáticos, que son los responsables de que el sistema se anticipe al terreno basándose en las lecturas de los sensores.
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