Elon Musk ha confirmado que la próxima generación de los supercargadores de Tesla tendrá lugar durante este verano. Un nuevo sistema que permitirá reducir drásticamente los tiempos de carga de sus coches eléctricos y cualquiera que sea compatible.
Su nombre será Supercharger V3, y aunque no se van a atrever a aumentar su potencia de los 120 kW hasta los más de 350 kW que anunciaron en 2016, sí que se situarán entre los 200 y los 250 kW. Una estrategia que parece responder a la llegada de otros cargadores que podrían llegar a hacerles sombra, como los cargadores de 150 kW de la empresa IONITY.
Los supercargadores no vienen solos
El plan de Tesla no se limita a el aumento de la potencia de sus supercargadores. Junto con ellos, pretenden instalar sus propias placas solares y acumuladores Powerpack desconectados de la red eléctrica. Un método que reduciría la huella medioambiental de sus coches y que, al no estar conectados a la red, evitaría el conocido “impuesto del sol” que se aplica en España.
Tal como ha anunciado Musk, la tercera generación de sus supercargadores rondará el doble de potencia de los actuales, y el motivo por el que han tenido que renunciar a más potencia es que durante su desarrollo se han encontrado con algunos inconvenientes en cuanto a la densidad de energía y el coste de las baterías.
La competición por los supercargadores más rápidos
La competencia entre marcas no se limita la creación de coches eléctricos más rápidos o con más autonomía. Las redes de cargadores que los alimentarán también es un aspecto en el que las marcas tienen que invertir para no quedarse atrás. En especial, porque es una tecnología en la que también compiten marcas ajenas al motor, como es el caso de AeroVironment con su Turbo DX.
Sin ir más lejos, la