Porsche, decidida a mantener ese buen nexo que tiene con el aficionado más pasional de la marca, ha dado vida a un sugerente Porsche 911 al que han bautizado como Porsche 911 Carrera T, homenajeando a aquel Porsche 911T de 1967 que contaba con una mecánica más modesta, como su equipamiento. Purista es la mejor palabra para entender a este nuevo Porsche 911 Carrera T, un Porsche 911 que ha pasado por nuestras manos para una prueba en la que, lo tengo que confesar, he caído rendido a sus pies. A veces menos es más y esta es una de esas ocasiones.
Cuando el desempeño de coches como el 911 GT3 se aleja de lo mundanal…
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Sólo han pasado unas pocas semanas desde que pude poner a prueba al nuevo Porsche 911 GT3. Con 500 caballos, una puesta a punto de infarto, las barras de la jaula antivuelco del paquete Clubsport tras mi cabeza, tan poco aislante que cada piedrecita retumbaba en los pasos de rueda como lo hace en un coche de competición y una demoledora entrega de potencia, explosiva, que me dejaba en cada viraje, en cada reducción, en cada inclinación del pie derecho con cierto temor, agradeciendo incluso el que montara un cambio PDK que simplificara todo el proceso.
Hace unas semanas el nuevo Porsche 911 GT3 me dejaba claro que necesitaba algo más dócil.
Aquel 911 GT3 blanco, me dejó claro, en uno de mis puertos de montaña favoritos, que su territorio es más un trackday que una carretera de montaña, que su chasis es excelente y sobre todo que las capacidades de su motor, esa rabia, me superaban y debía ser mucho más comedido de lo que soy con otros coches deportivos.
La experiencia con el Porsche 911 GT3, que llegaba, sea