Como sabéis, recientemente reunimos cuatro compactos deportivos para realizar una comparativa (que no te debes perder). Los integrantes eran un Ford Focus RS, un Seat León Cupra y un Hyundai i30 N, además del protagonista de este artículo individual, el Honda Civic Type R. Siempre se ha dicho que la época dorada de los deportivos asequibles en carrocerías compactas, los famosos GTI, fue la década de los 80 e inicios de los 90. Hoy dicen que los coches no transmiten sensaciones.
Además de lo anterior, los fanáticos del Honda Civic Type R de todo el mundo se han quejado por dejar de lado los motores atmosféricos en favor de la sobrealimentación por turbo. Dicen que ha perdido su esencia. El primer Civic Type R, allá por 1997, utilizaba un 1.6 de 160 CV, mientras que nuestro protagonista recurre a un 2.0 VTEC Turbo de 320 CV, los cuales son enviados al tren delantero. ¿Mucha potencia para las ruedas delanteras? Permíteme que lo niegue mientras salgo con el pie a fondo de una curva cerrada. Pero antes, ¿subes en el asiento del copiloto?
No seré yo quien diga que el Honda Civic Type R es un coche asequible para la mayoría de los mortales, pues se posiciona como el “hot hatch” de tracción delantera más caro del mundo. Pero también es el más eficaz. Curva tras curva te das cuenta de que, en comparación con otros coches que se las dan de deportivos, el nipón vale cada euro que cuesta. Su dinámica y su efectividad es espectacular, pero antes de devorar kilómetros, hagamos un repaso general.
Estética racing, pero con un objetivo
No quiero aburrirte hablando de su diseño exterior. Todos sabemos que este nipón de altas prestaciones tiene un diseño muy atrevido y, tal vez, demasiado escandaloso. Sin embargo, no es por pura estética,