Volkswagen lleva relativamente poco tiempo explotando el sello “R” en sus modelos, una letra que significa estar ante la versión más radical y prestacional de ese coche, pero que a la postre nunca ha conseguido llegar al nivel los Mercedes-AMG, Audi RS o similares. De cara a la nueva generación del Volkswagen Golf, el fabricante alemán se ha tomado su tiempo para reflexionar en tanto al futuro de su división R, confirmando que los futuros Volkswagen firmados por “R” serán mucho más radicales buscando llevar al nuevo Golf R hasta el nivel del Mercedes-AMG A45.
El Golf VII debería haber tenido una versión R400, el Dieselgate lo impidió, y ahora parece que el Golf VIII enmendará esa deuda
Desde que en 2002 apareciese el primer Volkswagen bajo distintivo “R”, el Volkswagen Golf R32 (MKIV), Volkswagen ha ido evolucionando las posibilidades de esta división aumentando sus prestaciones e incluso dando el salto hacia otros modelos como fueron el Volkswagen Passat R36 o el Volkswagen Toaureg R50 TDI. R buscó ser una división con personalidad propia y fácilmente reconocible dentro de las gamas deportivas, sin embargo pasado el tiempo sus aportes se han limitado a la gama Golf con una diferenciación comedida.
Ya en 2017 Volkswagen sorprendió lanzando el Pack Performance para el Golf R, una suerte de kit de mejoras técnicas que permitían ganar garra para el Golf más potente de la gama. Aún así hablábamos de pingües mejoras que aunque añadían puntos extra, seguían echando en falta el extra de carácter que sí vemos en otros modelos como Audi RS3 o Mercedes-AMG A45. Cierto es que en esta generación deberíamos haber visto la llegada del Volkswagen Golf R400, el modelo que verdaderamente habría llevado a la división R hasta el lugar que le corresponde, pero tras la explosión del escándalo Dieselgate muchos proyectos