Floris de Raadt es un entusiasta de los shooting brakes, esos cruces de cupés y familiares. De hecho posee, entre otros, un Lynx Eventer, un modelo basado en el Jaguar XJS. Pero también fue uno de los primeros empresarios en importar coches eléctricos en Holanda, allá por 2009. Así que lo normal para él era imaginar un Tesla Model S shooting brake. Y el encargo recayó en el londinense estudio de diseño de su paisano Niels van Roij. ¿El resultado? Es sencillamente el Tesla Model S station wagon más logrado hasta la fecha.
Aunque se empeñen en llamarlo shooting brake, este Model S es en realidad un simple familiar. Y es que los shooting brake, o rancheras de caza, son de tres puertas. (Te contamos su curiosa historia aquí). Pero como hoy en día a las berlinas fastback se les llama cupé de 4 puertas, aceptamos shooting brake para este Tesla Model S con carrocería familiar.
El objetivo de Floris de Raadt no era tener un Model S con un gran volumen de carga, como sí lo fue para el Model S de Phil Hayton. Éste necesitaba un mayor volumen de carga para poder llevar a su perro Ted en el coche. Curiosamente, es un poco la misma historia que le ocurrió a David Brown en los años 60. El entonces dueño de Aston Martin quería uno de sus deportivos para poder ir a cazar con sus perros y terminó poniendo de moda los shooting brakes.
Lo que buscaba Floris de Raadt era disponer de un Model S deportivo y elegante en su diseño a la vez que muy especial. Y viendo el resultado, uno no puede dejar de alabar el diseño de Niels van Roij. Las líneas siguen siendo deportivas y las