Hace un par de días se celebró la reunión anual de accionistas de Tesla durante la cual se pusieron sobre la mesa temas de calado para el futuro de la compañía.
Además de hablar de la aceleración de la producción del Model 3 y las actualizaciones del Autopilot, Elon Musk anunció que Tesla debería poder romper la barrera de 100 dólares por kWh para las celdas de batería de sus coches eléctricos para finales de año. ¿Qué implica esta promesa para la industria? ¿Es realista?
Esto es lo que dice Musk
Musk basa su promesa de romper la barrera de los 100 $/kWh en mejorar la química celular así como la integración vertical en la Gigafactoría. En esto tiene mucho que decir Panasonic, pues suministra las celdas de batería a Tesla. También lo hará en la primera Gigafactoría que abrirá la compañía en China tras el cambio de normativa en el país asiático.
Además de estas mejoras, Musk se muestra optimista respecto al aumento de la densidad energética y prevé mejoras de un 30-40 % en los próximos tres años sin sacrificar el peso, uno de los mayores enemigos de la electromovilidad (si ya es importante en un coche, imagina en un dron).
Duplicar la densidad de energía puede llevar entre seis y ocho años y requeriría la creación de ánodos de litio. Asumiendo que suceda, la batería representaría solo el 14 % del costo de un Model 3 de 35.000 dólares, si hablamos de un paquete de baterías de 50 kWh.
Esta es la situación de Tesla: menos dependencia de materiales escasos y motores de inducción
Aunque las compañías no suelen revelar el coste de fabricación de las baterías, las de Tesla rondaban los 400 $/ kWh hace algunos años; bajaron a menos 190 $/kWh a principios de 2016 y probablemente ahora ronden los