Recientemente os traíamos un artículo con los resultados de un nuevo estudio que ponía de manifiesto la realidad de las emisiones de óxidos de nitrógeno en los coches diésel. Aquel estudio concluía, por una parte, que en condiciones reales incluso los diésel Euro 6 multiplicaban varias veces el máximo legal establecido. Por otra parte, daba cifras de algo que sabíamos: que los gasolina emiten mucho menos NOx que los diésel. Pero buceando a fondo entre los números, había un dato sorprendente, curioso: un motor de tres cilindros que no llega al litro de cilindrada que contamina casi tanto como el V8 de 4,4 litros de BMW. ¿Cómo es posible?
Por un lado tenemos el TwinAir bicilíndrico de Fiat, un motor con una cilindrada de 875 cm³ que en sus versiones más potentes supera por poco los 100 CV. Por otro lado, el V8 biturbo de 4,4 litros (N63) de BMW que desde hace aproximadamente una década se ha venido encargando de dar vida a los 550i, 650i, 750i ó X5 xDrive 50i, entre otros, con diferentes niveles de potencia. Un bloque cuya última evolución es la que mueve al BMW M5 F90, con la nada desdeñable cifra de 600 caballos (625 en el M5 Competition).
Que el bicilíndrico emita tantos óxidos de nitrógeno como el V8 de BMW no es tanto demérito del primero sino virtud del segundo. De hecho, el bloque de 0,9 litros es el más limpio de todos los evaluados por TRUE durante sus seis años de investigación y pruebas. Con unas emisiones de 0,017 g/km de NOx, empata con el bloque 1,6 de PSA y se coloca en la primera posición entre los más limpios -al menos en lo que a este contaminante respecta-.
Que el V8 de BMW emita casi tan poco NOx como un bicilíndrico habla muy bien