Volkswagen, como el resto de la industria del automóvil, afronta un desafío realmente importante. A partir de septiembre, todos los coches comercializados en la Unión Europea tendrán que ser homologados bajo el nuevo protocolo de armonizado WLTP, más estricto, y por otro lado realista, que el NEDC bajo el que se homologaban los coches en Europa hasta ahora. Este nuevo protocolo supondrá todo un reto para la industria, incluso para fabricantes con la posición dominante de Volkswagen, que tendrá que adaptar a la nueva situación sus motores, y homologarlos según el nuevo ciclo. Tal es el reto, que Volkswagen ya ha anunciado que su fábrica de Wolfsburgo parará en septiembre, hasta que sus coches estén homologados bajo el nuevo protocolo WLTP. Y, como ya habrás podido imaginar, el coste de detener una fábrica que produce miles de coches diarios es realmente alto.
¿Por qué es necesario parar la fábrica de Volkswagen en Wolfsburgo
Tal y como anunciaba estos días Volkswagen, la medida es necesaria para cumplir con el ya mencionado protocolo de homologación WLTP. El protocolo WLTP entró en vigor en septiembre del año pasado, pero hasta septiembre de este año ha existido un periodo de transitoriedad en el que los fabricantes deberían ir adaptando su gama a las nuevas circunstancias, precisamente para evitar el problema que ahora han de afrontar.
¿Y por qué no se ha hecho nada hasta ahora? El nuevo protocolo de emisiones implicará en la mayoría de los casos que el mismo coche, bajo el WLTP, homologue unas emisiones más altas que bajo el ciclo NEDC. Eso conlleva que muchos coches vayan a estar gravados con impuestos más altos, como el de matriculación, basado en emisiones de CO2 y que en muchos casos tengan que emplearse nuevos sistemas para reducir las emisiones, como los basados en AdBlue para reducir