Hace ya medio año que McLaren rompió con Honda y los tiempos en los que los de Woking atizaban carrera tras carrera a su motoristas por la ausencia de rendimiento parecen quedar ya muy lejos. Desde la llegada de los japones a Toro Rosso el ruido mediático se ha reducido notablemente pero poco a poco están consiguiendo resultados.
No podemos decir que estén teniendo un año exento de problemas, porque los ha habido y ambos pilotos han tenido que penalizar por superar el número de motores que tienen a su disposición y probablemente antes del final del año tengan que volver a hacerlo. Pero los resultados también han llegado en alguna ocasión, como este fin de semana en Hungría.
Pierre Gasly consiguió meterse en la Q3 bajo la lluvia en Hungaroring En carrera, en la salida consiguió meterse cuarto, lo más lógico hubiese sido verle perder posiciones con pilotos como Carlos Sainz -que volvió a no tener la mejor suerte- o Kevin Magnussen con el que pudo luchar en igualdad de condiciones. Finalmente tan solo fue superado, como era evidente, por Daniel Ricciardo en su incansable remontada y la sexta posición sabe a gloria al equipo.
Poco ruido pero con pasos firmes
Ni McLaren tenía tan buen chasis y todo era culpa de Honda como nos vendieron, ni Honda tenía el propulsor a la altura de las circunstancias. Superada esta fase los japoneses han sabido sobreponerse a la ruptura con el equipo de Zak Brown y poco a poco van demostrando que la nueva línea de trabajo que asumieron a principios del año es correcta.
Ademas, por lo que parece, han sabido convencer lo suficiente a Red Bull como para que apuesten por ellos también para su primer equipo el próximo año. La relación de los de las bebidas