Bjorn Harms es un técnico informático que entre cambiar procesadores y configurar sistemas operativos tiene dos hobbies: los coches y los coches teledirigidos. Estas dos aficiones no son sustitutivas, pero pocas veces se unen y eso es precisamente lo que Harms ha hecho.
Utilizando su Chevrolet Corvette C6 de 2006 de color negro, Bjorn ha invertido una cantidad ingente de dinero y tiempo en poder manejarlo desde un mando a distancia a base de un complicado sistema de mecanismos que se ocupan de conducir por él el coche, incluso siendo capaz de hacer unos tímidos trompos.
Cuando te gusta conducir pero desde fuera del coche
Los que crecimos en los ’80 y ’90 tenemos tatuado a fuego en el cerebro las imágenes de KITT, ese Pontiac Firebird negro ultratecnológico que era capaz de conducirse solo (aunque en realidad había un tipo disfrazado de asiento que era el encargado de mover el coche) a velocidad normalmente acelerada.
A través de una serie de motores eléctricos, el mando puede controlar el acelerador, el freno, la dirección y la palanca de cambios del Chevrolet Corvette.
Este informático neerlandés ha hecho algo mucho mejor. Inspirado por Doc y el DeLorean de ‘Regreso al Futuro’ ha transformando su genuino deportivo americano en algo así como un juguete a radiocontrol muy caro para pasar el rato en un aparcamiento. Lo mejor de todo es que el trabajo que ha hecho Harms aparenta ser sumamente preciso, tanto como para mover el coche por la calle utilizando sólo el mando a distancia.
Con su motor LS2 de ocho cilindros en uve y 6.0 litros de 405 CV (seguramente el coche radiocontrol más potente del mundo) sociado a una caja de cambios automática, el Corvette a distancia puede desarrollar todo su potencial, aunque Harms no