No es una noticia rompedora ni revolucionaria, pero es definitivamente un paso más en una tendencia que cada vez toma más fuerza. Los fabricantes tradicionales de coches están transformando su modelo de negocio transaccional – léase, venta de coches a un cliente final – a pasos agigantados. El futuro de empresas como Volvo es convertirse en proveedores de movilidad bajo demanda, operadores de servicios de car-sharing con modelos de suscripción online. Nadie parece poder escapar de esta tendencia, y Volvo se entrega a ella fundando M, su propia marca de servicios de movilidad.
Entiendo que para un petrolhead esto suena francamente terrible. Y créeme, comparto tu preocupación: no soy capaz de imaginar un futuro en el que no tenga un coche en propiedad, en el que el coche pase a reducirse a una simple herramienta de transporte. Sin embargo, los tiempos cambian y de alguna manera nos tendremos que adaptar a ellos. M no tiene nada que ver con BMW Motorsport, y será lanzada en Suecia y Estados Unidos en primavera de 2019. Esta empresa, completamente integrada en Volvo, se expandirá a otros países y regiones globales si su proyecto piloto funciona adecuadamente.
M quiere tener más de cinco millones de clientes en el transcurso de la próxima década. Un objetivo ambicioso.
Según Bodil Eriksson, la CEO de Volvo Car Mobility, los actuales servicios de movilidad on-demand son simples alternativas al taxi o al transporte público. M quiere ir más allá, con una tecnología propietaria que aprenda de las necesidades específicas de cada usuario, en vez de decirle simplemente dónde está el coche más cercano a su ubicación. También quieren ofrecer un servicio premium, como alternativa a los servicios de car-sharing de bajo coste – el precio sigue siendo el principal factor decisor en servicios actuales, como Car2go, eMov o Wible, participados