Tranquilidad. No creas que eres el único o la única que sufre los típicos nervios al volante. En realidad es algo a lo que se tienen que enfrentar muchas personas en algún momento de su vida y que acaban desapareciendo a base de seguir conduciendo día tras día. El problema viene cuando esos nervios no se gestionan bien y provocan que seamos más torpes y despistados de lo debido.
Para afrontar esta situación lo mejor posible te damos una serie de consejos que puedes aplicar antes de conducir, durante el tiempo que lo estés haciendo y lo que es casi más importante, antes de que tengas que conducir por necesidad. Si sigues estos consejos con perseverancia, te librarás de los nervios al conducir antes de lo que te imaginas.renderAd(adPage,44162);
Antes de conducir
Las prisas no son buenas, así que antes de arrancar el motor, tómate un momento para ti. Debes emplear ese tiempo en relajarte para rebajar un poco tu tensión. Para ello es muy recomendable controlar la respiración.
Practica la respiración abdominal. Se trata de respirar hinchando la tripa en lugar del pecho. Para hacerlo correctamente debes respirar lentamente, tomando el aire por la nariz y expulsándolo por la boca. Coloca las manos encima de tu barriga para notar como sube y baja.
Hay gente que se frustra porque notan que los nervios no desaparecen por completo. No debes caer en ese error, porque el objetivo de los ejercicios de relajación no son eliminar del todo el nerviosismo. Es simplemente un paso previo para disminuir un poco la ansiedad y los síntomas fisiológicos más comunes, como la tensión muscular o el pulso acelerado.
Mientras conduces
Aprovecha cada parada que hagas para seguir con la respiración abdominal: semáforos, atascos… Si es necesario, para voluntariamente para repetir los ejercicios de respiración. Eso sí, debes hacerlo respetando las normas