Esta primavera, la Policía Municipal de Bilbao renovaba su flota de vehículos patrulla con la incorporación de 32 unidades del Mercedes-Benz Clase B Sports Tourer. La marca de la estrella ganó la adjudicación, valorada en 1,7 millones de euros, por delante de otros contendientes como Citroën o Renault, aunque la nueva montura no es precisamente gusto de los agentes y se ha visto envuelta en la polémica desde su elección.
El monovolumen compacto no acaba de convencer a los miembros de la policía bilbaína por el poco espacio que ofrece el habitáculo para el conductor y el copiloto, tras incorporar las modificaciones pertinentes a fin de convertirlo en coche patrulla. En concreto, las unidades que presentan este problema son las que incorporan la clásica mampara para trasladar a los detenidos y que integrarían la mitad de las 32 unidades incorporadas. De hecho, este modelo fue escogido para dicho fin.
Tras las quejas de los agentes presentadas ante el Sindicato Vasco de Policía y Emergencias (SVPE), la Inspección vasca de Trabajo ha instado al Ayuntamiento de Bilbao para que, en el plazo de tres meses, lleve a cabo las «modificaciones técnicas u organizativas necesarias» a fin de los que los nuevos Mercedes-Benz Clase B Sports Tourer «no supongan un riesgo para la salud y seguridad» de los trabajadores. Así lo confirma un informe al que ha tenido acceso el diario El Correo.
A falta de espacio, patrullan con los antiguos
Según el Consistorio bilbaíno, el 7% de la plantilla de los policías de la urbe vasca supera los 1,85 metros de altura, lo que englobaría a cerca de unos setenta funcionarios. Éstos demandan que no entran en los nuevos vehículos que incluyen la mampara y que en su interior se encuentran «agarrotados». Es por ello que la gran mayoría ha optado por volver a patrullar