Tal y como todo parecía presagiar, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo no ha defraudado y cediendo a las presiones por parte de los fabricantes e importadores de coches ha aprobado una moratoria de 2 años para la aplicación del nuevo ciclo WLTP que entra en vigor el 1 de Septiembre de 2018 (mañana). Con este mecanismo se pretende limitar el impacto del nuevo protocolo en el aumento de la carga impositiva y además conceder más tiempo a los fabricantes para adaptar sus coches a los criterios de medición más exigentes que emplea el ciclo WLTP.
La moratoria sobre el WLTP permitirá reducir su impacto en el incremento de las emisiones del 20% previsto a un más llevadero 5%
La clave detrás de esta moratoria la encontramos en el incremento de precio que sufrirían un gran número de coches a través del impuesto de matriculación, se habla de que un 60% de los coches actualmente a la venta se verían afectados. Dado que el nuevo ciclo de homologación WLTP arroja datos de consumo y emisiones más realistas (más elevados) y que el impuesto de matriculación se basa únicamente en las emisiones de CO2 homologadas, se esperaba un incremento de las emisiones humitas en el orden del 20% que traería consigo el cambio de tramo en el impuesto de matriculación con el consiguiente encarecimiento.
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Con la entrada en vigor del WLTP muchos de los coches que conseguían librarse del impuesto de matriculación (menos de 120 gramos de CO2 por kilómetro) pasarían al siguiente tramo gravado con un 4,75%, un cambio que provoca un claro encarecimiento del precio final del vehículo, especialmente