El cobalto comienza a ser el nuevo oro del siglo XXI, al igual que las materias primas que conforman las baterías de los coches eléctricos. Si tenemos en cuenta que un teléfono móvil contiene entre cinco y 10 gramos de cobalto y que una batería puede llegar a contener hasta 15 kilos, está claro que se acerca una escasez de materias primas ante una demanda que crece más rápido que la capacidad de producción.
Lo más preocupante es que más del 60 % del cobalto proviene de la República Democrática del Congo (RDC), donde los temores sobre la inestabilidad política y los desafíos del abastecimiento ético se combinan para poner en peligro el suministro. Es el país más pobre del mundo.
Un mineral que ha alcanzado máximos históricos
Hasta hace tres años se producía en el mundo más cantidad de cobalto de la que se consumía, pero con el auge del coche eléctrico y de la cada vez más competitiva industria de los teléfonos móviles y otros dispositivos, ha llegado ha disparar su precio y su interés por los inversores.
El cobalto tiene la cualidad de potenciar las propiedades de otros metales como el litio, el componente más usado en las baterías, y según datos de la BBC, los fabricantes de baterías acaparan cada año el 45 % de la producción global de este mineral.
El precio del cobalto ha bajado en los últimos meses; alcanza ahora mismo los 64.000 dólares la tonelada métrica, de los 94.800 dólares que alcanzó en marzo. Su pico máximo anual.
Fuente: Metal Radar.
Desde que en 2010 se introdujera la cotización del cobalto en la Bolsa de Metales de Londres, su precio se ha disparado más de 270 %. Según S & P Global Market Intelligence, la producción de cobalto aumentará a 219.000 toneladas en