Más de 80 años después Mercedes-Benz recupera sus icónicas flechas de plata para ser el punto de partida de un nuevo prototipo. Bajo la denominación Mercedes Vision EQ Silver Arrow el fabricante alemán rinde homenaje al Mercedes W125 de 1937 que consiguió alzarse como el coche más rápido del mundo. En pleno 2018 Mercedes-Benz recupera esa idea en clave eléctrica, presentándonos un prototipo basado en la tecnología de propulsión eléctrica EQ que poco a poco llegará a todos los modelos de la marca comenzando por un SUV 100% eléctrico, el Mercedes EQC.
Un homenaje al Mercedes W125 y los 80 años que estuvo defendiendo el récord de velocidad en carretera pública
Con 5,3 metros de longitud el Mercedes Vision EQ Silver Arrow es un enorme monoplaza que recupera la filosofía de aquellos superdeportivos de los años 30 y 40. Hablamos de dimensiones más propias de una berlina de gran tamaño como el Mercedes Clase S, aunque en este caso se ha buscado el mayor compromiso con la aerodinámica de cara a convertir este coche eléctrico en un hipotético destroza récords. Pero si impresionante es el tamaño de su carrocería, tampoco podemos pasar por alto las dimensiones de sus llantas calzadas con neumáticos 255/25 R24 en el eje delantero y 305/25 R26 en el eje trasero.
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A nivel técnico el Mercedes Vision EQ Silver Arrow emplea un sistema de propulsión eléctrica que iguala la potencia del Mercedes W125 original, es decir, 765 CV de potencia máxima. La batería empleada ofrece una capacidad de 80 kWh y alcanza una autonomía de 400 kilómetros bajo ciclo de homologación WLTP. Su futurista interior se nutre de los últimos avances en infoentretenimiento para imaginar cómo serán los habitáculos del mañana, destacando la posibilidad de escoger el sonido que emanará este superdeportivo, pues aunque