En un mercado claramente dominado por los SUVs, alguien en el Grupo Volkswagen tuvo la brillante idea, en 2010, de pensar en las berlinas deportivas de lujo. Aquí es donde entra el coche que hemos tenido la ocasión de probar, el Audi A7 Sportback, un vehículo que, a pesar de tener un claro corte deportivo, en realidad es un Gran Turismo camuflado.
La finalidad del Audi A7, y por tanto también englobo al Panamera, aunque este tiene un corte aún más deportivo, es la de realizar kilómetros. Esto es algo que viene definido en su ADN debido a las cotas que presenta y, de momento, a los motores que incorpora. Después de esta pequeña introducción, metámonos en faena.renderAd(adPage,44162);
Por fuera…señorial y deportivo
La segunda generación de la berlina deportiva de lujo de Audi ha sufrido grandes cambios con respecto al modelo presentado en 2010. Ahora, el Audi A7 cuenta con unas líneas mucho más actualizadas, deportivas y agresivas, una evolución lógica que sigue el formato de diseño que podemos encontrar en otros modelos, como el Audi A8 o el A5.
Empezando por el frontal, la parrilla frontal gana importancia y como en todos los modelos de la firma alemana, es el elemento que más destaca, lo que les identifica y les diferencia del resto de fabricantes. Dentro de esta parrilla podemos encontrar el logotipo de Quattro, la tracción que incorpora la berlina alemana, además de dos sensores que proporcionarán una asistencia a la conducción excelente, pero de esto hablaremos después.
Podría decir que pilotos delanteros son el elemento que más llama la atención del frontal. Son hipnóticos y aportan un aura de modernismo y elegancia al mismo tiempo, justo lo que Audi ha querido mostrar tanto a sus clientes como al público en general. Están disponibles tres opciones: los de LED, los de LED con