Rolls-Royce se ha asociado con la Universidad de Harvard y la de Nottingham para desarrollar lo que podrían ser los mecánicos del futuro: pequeñísimos robots llamados ‘SWARM’ que llevarán a cabo el mantenimiento de motores tanto de aviones como de coches.
Ocho años de investigación condensados en 1,5 gramos
Estos robots están llamados a «revolucionar el futuro del mantenimiento del motor», según ha dicho Rolls-Royce. Estos enjambres colaborativos son expulsados a través de un ‘robot serpiente’ o tubo, de forma que pueden trastear por el interior de un motor sin necesidad de desmontarlo.
Cada robot mide alrededor de 10 mm de diámetro y pesa 1,5 gramos, y sería el encargado de realizar una inspección visual de las áreas de difícil acceso arrastrándose a través del motor. Estos robots llevarían cámaras pequeñas que proporcionan una transmisión de vídeo en vivo al operador y gracias a sus cuatro pequeñas patas pueden moverse horizontal y verticalmente.
Para los investigadores de Harvard se trata de un importante avance que podría dar respuesta a muchos interrogantes en la industria; es, en esencia, ocho años de investigación reducidos a un pequeño robot que no pesa más de dos gramos.
Aunque aún los ‘SWARM’ están en fase de desarrollo, los investigadores planean que sean aún más pequeños y eficientes, de forma que se reduzcan sustancialmente los costes -también en tiempo- del mantenimiento de los motores: de una tarea que puede llevar cinco horas, con estos pequeños robots se puede reducir a cinco minutos.
Rolls-Royce, la Universidad de Harvard y la de Nottingham también están trabajando en robots de inspección, más o menos del tamaño de un lápiz, que estarían permanentemente incrustados en el motor. Gracias a la protección térmica, estarían protegidos del calor extremo de un motor y permitirían que se inspeccionara a sí