Aunque la mayoría de los coches eléctricos tienen la batería en el suelo del habitáculo, que es el lugar menos propenso a choques, tienen aún así probabilidades de incendiarse, sobre todo en caso de accidente. Y es que es difícil almacenar grandes cantidades de energía sin riesgo de explosión o incendio.
Por ello, Tesla presentó el año pasado una nueva patente ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual y que ha sido recientemente publicada. La nueva tecnología que presenta tiene el objetivo de hacer las baterías de iones de litio más seguras en cuanto a riesgo de incendio, algo que no es más común en vehículos alimentados por combustibles fósiles, pero que pasa.
Aislar para evitar la propagación y liberar gas
Normalmente, cuando una batería de ion de litio comienza a sobrecalentarse después de fallar, el electrolito que está dentro se vaporiza, lo que hace que la batería se hinche debido al gas altamente presurizado. Estos gases calientes pueden propagar el problema a las celdas cercanas en una reacción en cadena que puede alargarse durante horas.
Así que la solución es liberar esos gases para dirigir la descarga de gas caliente durante el fallo de una celda de batería, que están interconectadas de la siguiente forma:
El nuevo sistema también está diseñado para aislar el daño causado por las celdas de batería dañadas y evitar que se extienda a las celdas intactas del paquete, de forma que no ejerzan presión sobre las celdas vecinas.
La patente de Tesla, que puedes consultar aquí, describe el uso de dos interconexiones o puntos débiles que se colocarían sobre varias celdas de la batería, así como una placa superior con áreas rompibles diseñadas para romperse cuando las baterías defectuosas liberan calor y crean presión.
El sistema puede incluir material a base de polímero u otro material para aislar térmicamente